La plancha es uno de esos electrodomésticos que preferiríamos no volver a utilizar.
Por desgracia, planchar es una tarea que hay que hacer en casa, aunque hay muchas formas de evitar que se arrugue la ropa.
Lo primero que no hay que subestimar es la limpieza de la plancha. No debes permitir que se acumule la cal, para evitar que la suciedad se transfiera a tu ropa.
Aquí tienes algunos remedios naturales para mantener tu plancha como nueva.
Depósito de agua
Hay que empezar por el depósito de agua, que es la parte de la plancha que más cal acumula.
Para limpiarlo eficazmente sin dañarlo, te recomiendo ingredientes naturales y suaves.
¿Cuáles son los más eficaces?
Vinagre
El vinagre es un desincrustante natural con excelentes propiedades antical en estos casos.
Dependiendo del tamaño de tu caldera, llénala con agua desmineralizada y vinagre a partes iguales. A continuación, enciende la plancha para calentarla y que salga el vapor. Esto eliminará la cal de forma natural.
Cuando se haya evaporado toda la mezcla, apaga la plancha y comprueba que no huele a vinagre.
Si aún huele un poco, repite el paso utilizando sólo agua desmineralizada y ¡listo!
Ácido cítrico
El ácido cítrico es otro ingrediente muy eficaz para el depósito de tu plancha.
Al igual que el vinagre, este producto también tiene una potente acción desincrustante.
Disuelve 150 gramos de ácido cítrico en 1 litro de agua y viértelo en el depósito hasta llenarlo.
Encienda la plancha para evaporar la mezcla, que neutralizará automáticamente toda la cal.
Suela de la plancha
Ahora que el depósito está limpio, es el momento de limpiar la suela.
Si la suela está incrustada, existe el riesgo de que la suciedad se transfiera a la ropa.
Por eso te recomiendo que utilices un producto natural como el bicarbonato para dejar la suela brillante y como nueva.
Bicarbonato sódico
El bicarbonato de sodio sigue siendo una solución eficaz para eliminar la suciedad de las superficies metálicas. Por eso es perfecto para la suela de tu plancha.
Para ello, mezcla 1 cucharada de bicarbonato de sodio y agua hasta obtener una pasta espesa.
Coloca la pasta en un cepillo de dientes y frota suavemente toda la superficie para eliminar la cal persistente.
Aclara con un paño de microfibra y ¡listo!